Archivo de la categoría: Poesía

Para los poemas.

Al mirarlo

Si lo miro
revolotean turpiales en mis entrañas
y sus cantos
abren de par en par
las puertas de la jaula
y entonces…
¡Entonces!
salto a retazos
el frágil y tambaleante
puente del amor

¡Hazme volver a la vida!
cubre con tu besar los pesares
mete tu ansiosa lengua en mis deseos
cicatriza con tu pasión mis heridas
préñame el pensamiento
grita de placer en mi boca
arranca los pétalos de mis flores
y saborea el río que las escancia

¡Ama la fragilidad de las cañas de mi alma!

María Cristina Soleche Galera

Título: Pluma Saudade
Autor: Daniel Zarraga
Año: 2018
Técnica: Acrílico en Lienzo
Dimensiones: 80x110x10 cm
País: Venezuela.

¿Y TENGO QUE RESIGNARME?

Tengo que resignarme
a que las bocas de los amantes
se resquebrajen en la oscuridad de una fosa
sus abrazos sean una orgía de huesos
y sus embelesadas miradas se hundan en la tiniebla

A que la madre y su niño se resequen
en un abrazo con el escozor de los terrones de tierra

El hombre valiente, allí debajo
quede herido por siempre en el anzuelo terroso

La sonrisa leve de los ancianos sea mueca desencajada
en un par de calaveras amarillentas

A que la luz del sol y la luna queden sofocadas en la tenebrosidad
y la risa y el llanto sean al unísono polvo y más polvo enmudecido
mientras el corazón de la tierra asfixia todo entre sombras y silencios

Abajo muy abajo
en una cárcava
abandonada de todo
renunciando a todo
aislada de todo
yace la vida destruida en un mundo que ya no existe
en el orbe de la muerte

Allí deshaciéndose entre osamentas y negruras
la cerrazón de la tierra
Amargo pesar
en el que hasta la pena se acongoja más

¿Y tengo que resignarme?

Autora: Tiina Menzel
Técnica: Ilustración digital.
Año: 2018

María Cristina Solaeche Galera

SÓLO ESO QUIERO. NADA MÁS

Quiero encontrarme contigo recostarme contigo. Nada más.
también quiero imaginarte impulsivo y fogoso como el sol del Este
y algo más
escuchar el golpeteo encabritado del corazón en tu pecho. Ya está.
un poco más zarandear mis labios húmedos sobre los tuyos
y acaso
atarme a la lazada de la mirada de tus ojos. Suficiente.
también me antoja envolverme en la parábola de tu aliento
y de este modo
delinear el lunar atrevido de tu mejilla. Es todo.
quiero enredar mis dedos en el torbellino de tus manos
y al mismo tiempo
unir  mis gemidos a los tuyos. Solo eso.
aprisionar la huella del anochecer en los cabellos
y así
aventurar y turbar mis deseos en tu vientre.

No hay tiempo que perder
afuera solo queda el mundo
y el corazón de la tierra.

María Cristina Solaeche Galera.

Autor: Egon Schiele
Año: 1917
Medida: 61x50cm
Técnica: Óleo sobre lienzo
País: Austria.

CUANDO LLEGA LA MUERTE

He aquí la muerte inagotable desde el principio del mundo
porque un día nadie se paseará por el tiempo
Vicente Huidobro.

Cuando llega la muerte
hay que silenciar la palabra
acallar bruscamente la voz
hay que perder el terror a la perpetua oscurana
de las sombras de los dioses
emborronar lo que vio la última mirada
y desatar las amarras de la nada

Cuando llega la muerte
y se sostenga en el cuerpo
invada el lugar donde la carne gime
roten los ojos hacia la oscuridad
escape el aliento por la hilacha de la piel
y se hiele el viento que queda en el pecho
ya no hay pensamiento
para la sangre de las memorias

Cuando llega la muerte
zarandeando sus alas
en un vuelo enlutado
y los sollozos cenizos
den dentelladas en la boca
lanzando quejidos al horizonte
se morirá infinitamente
en una finitud eterna

Hay tanta muerte en el clamor de la vida.

María Cristina Solaeche Galera.

Autor: René Magritte
Título: Le secret du cortège (El secreto del cortejo)
Año: 1927
Técnica: Pintura.
País: Bélgica.

LA MISERIA

Yo sé que
la miseria respira
sé que no delira
es vigilia permanente
yo sé que
no es engaño
es certeza
es resuello agrio y violento
atrincherado en el corazón del pobre.

Se empina la luna
disputan las estrellas y
bajo un impávido cielo
el tentáculo de la miseria asfixia.

Yo sé que
el ricachón ventrudo
esparce la cerrazón de mortajas
esclaviza a su antojo y
la pupila del pobre se paraliza en
el ala de su mirada
la pesadumbre agobia y
la desesperanza se adueña del
hambre en los párpados.

Yo sé que
la miseria está siempre desnuda
castamente desnuda y sola
extenuada desvaría sueños
yerma agoniza sobre
la espalda hambrienta y atristada
del necesitado.

Yo sé que
bajo los cendales de la tarde
el tiempo gotea lento en la penuria
y en su tic-tac tic-tac
languidece la vida del pobre
mientras el rico regodea
en su vértigo de sevicia.

Color de medio luto tienen los días.
¡Huir!
¡Escapar!
¿A dónde?
¡De congojas es el muro empalado de la miseria!
Los cielos siempre de espaldas.

María Cristina Solaeche Galera.

Autor: Pablo Picasso Título: Mendigos junto al mar Año: 1931 País: España.

ANTES  DESPUÉS, LA GUERRA

En un principio era el verbo
y antes
antes del antes
y después
después del después
la guerra

nada quiebra su sayal de cenizas
nada tritura su delirante sombra
ni detiene su carrusel de sangre

nada silencia el alarido de la víscera
nada acalla el estruendo del cráneo
ni avienta  la polvareda del hastío

nada  extingue el aliento de vinagre
nada desintegra el filo mellado
ni encona el chillido hiriente del viento

estela ensangrentada
rugiente nefaria estéril
sus cóncavos colmillos
clava en el viscoso pecho del hombre
incinera la vida
cruje eternamente
antes del antes
después del después

El gusano de la guerra se concilia con la muerte.

María Cristina Solaeche Galera.

Artista: MAGRITTE, René.
Título de la obra: La memoria.
Año: 1948.
Técnica: Óleo sobre lienzo
Dimensiones: 59 x 49 cm
País: Bélgica

 

SOLOS

Anochece sobre la tierra
se viste de negro almizcle la noche
engarzada en el costado del universo
y se oculta la luna en el lado del luto
con el olvido de la vida errante
mientras la discreta estrella teje su
atavío de nubes con los hilos del tiempo
y las manos del viento arrastran
la cola de la sombras que ondean
destiñendo sigilosas
la lluvia en el relente del relámpago.

Un hombre solo, solo escarba el horizonte oscuro
con su alma de polvo y su abrazo de encina
escondiendo una canción que le recuerda su nombre.

Amanece sobre la tierra
esparce el sol su azafrán quemante y
en su boca agrietada el poniente se esconde
y con sus pestañas zarcas las flores recogen
en pulseras la tardía oscuridad rezagada
la luz encandila el bullicio del día
deslizándose con la candidez
del aleteo de un pájaro furtivo
en el sosegado cielo mientras
en el río se arrugan las escamas de céfiro
en el corazón plata de su corriente.

Una mujer sola, sola con su sollozo humedece
la mejilla de la tierra abofeteada
en la mañana del mundo.

María Cristina Solaeche Galera.

Pintura Olave.jpg

El verano de los tamarindos

EL VERANO DE LOS TAMARINDOS

“Hay secretos en los poros para llenar muchas lunas”

Gioconda Belli

Este amor saborea

el verano de los tamarindos

despierta el agridulce

y agita los párpados del anochecer enternecido

son los deseos asomados al fogón del cacao

al ventanal de flores amarillas

gritando sus voces desnudas en nuestras bocas

este amor saborea

el verano de los tamarindos

oculto tras el viento cantarín

en la tierra de mis poseídas siemprevivas

amarnos con ocho lunas

siete escamas en el alma presentida

el placer tejiendo entre los dedos su danza

cuando se extiende el goce

entre las pupilas

y revolcando sus colores las cayenas.

Maria Cristina Solaeche

Paula Bonet (ilustradora española)

ORACIÓN

Mi cuerpo

es un viento azulado

que desaforado revolotea

en mi corazón

y confunde el jolgorio

detrás de las nubes

con las quimeras

Haz danzar la luz en mi tristeza

desnuda mis manos

posa millares de pájaros

dorados en ellas

que descorran los cerrojos

del alma

¿no ves que lloro debajo de mi nombre

si él no ahueca sus manos

sobre mis pechos?

¿no ves que un estío desolado aplasta mi columna

y el mundo desgaja para mí

sus cañas huecas si él no me piensa?

María Cristina Solaeche Galera.

LOS DOS EN SOLEDAD

Todo obliga a ser de ninguna parte
a vivir siempre en la orilla
en la zozobra del viento
enhebrando milagros
mientras
un ángel nos mira
con ojos anochecidos

Véngate tu mi amor de
esta soledad tan nuestra
que desagarra el coral rojo
de la trinitaria
y sus estambres nocturnos
mientras
la solitaria espuma del pleamar
esculpe efigies ajenas

los dos en soledad
hilando el tragaluz del silencio.

María Cristina Solaeche Galera.