Yo sé que
la miseria respira
sé que no delira
es vigilia permanente
yo sé que
no es engaño
es certeza
es resuello agrio y violento
atrincherado en el corazón del pobre.
Se empina la luna
disputan las estrellas y
bajo un impávido cielo
el tentáculo de la miseria asfixia.
Yo sé que
el ricachón ventrudo
esparce la cerrazón de mortajas
esclaviza a su antojo y
la pupila del pobre se paraliza en
el ala de su mirada
la pesadumbre agobia y
la desesperanza se adueña del
hambre en los párpados.
Yo sé que
la miseria está siempre desnuda
castamente desnuda y sola
extenuada desvaría sueños
yerma agoniza sobre
la espalda hambrienta y atristada
del necesitado.
Yo sé que
bajo los cendales de la tarde
el tiempo gotea lento en la penuria
y en su tic-tac tic-tac
languidece la vida del pobre
mientras el rico regodea
en su vértigo de sevicia.
Color de medio luto tienen los días.
¡Huir!
¡Escapar!
¿A dónde?
¡De congojas es el muro empalado de la miseria!
Los cielos siempre de espaldas.
María Cristina Solaeche Galera.
👏👏👏
Hermoso texto
Magistralmente bello, como cascadas de dolor van abriendo tus versos el camino del grito a la verdad, y la conmiseración. Me es fácil encontrarme en tus versos. tan audaces y llenos de un sentimiento, que ante de miles de ojos ciegos, ya se hace costumbre vivir entre los menos, y los que a tantos les sobra. Mil gracias por venir, tu lectura abre horizontes. Te abrazo…!!